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¿Qué riesgos tiene avalar una hipoteca?
Se considera avalar una hipoteca cuando una persona ofrece todo o parte de su patrimonio personal como garantía de pago frente a un préstamo de un tercero. El avalista responderá de la deuda del titular del crédito en caso de impago. Si el titular del préstamo cumple con todos los pagos y respeta el plazo de devolución, el avalista no tendrá ningún problema.
Es frecuente recurrir a un avalista en la compraventa de viviendas, negocios o plazas de garaje dada la envergadura del préstamo. El perfil de avalistas más común, son los familiares o amigos. El problema es que a veces, la persona que avala, desconoce la gran responsabilidad que está asumiendo en el momento que firma el documento.
Si una entidad bancaria pide avalistas en una operación puede ser por dos motivos: porque los titulares del préstamo superan el endeudamiento permitido, por la situación contractual en sus puestos de trabajo (temporales, media jornada), porque trabajan como autónomos o porque superan la barrera de los 50 años de edad y el banco pide que incluyan a los hijos en la operación para garantizar una continuidad. Estos son las situaciones más usuales por los que los bancos piden un aval, aunque puede haber infinidad de motivos.
Bien, una vez se conocen los riesgos que comporta avalar una operación, es el momento de valorar si merece la pena arriesgar nuestro patrimonio para ayudar a un familiar o un conocido. Para ello hemos de tener en cuenta lo siguiente:
– Los avalistas aunque ponen sus bienes como garantía de pago, no significa que no puedan venderlos o alquilarlos. Las personas avalistas son dueños y propietarios de esos bienes, y como tal, pueden ejercer su derecho. Ahora bien, no hay que olvidar que esos bienes forman parte de un aval y, dependiendo de las acciones que lleven a cabo, podrían estar incurriendo en un delito de alzamiento de bienes.
– En el supuesto caso de que el titular del préstamo falleciera, el avalista pasa a hacerse cargo de la deuda pendiente de la hipoteca. También, es importante saber, que las herencias implican tanto los bienes como las deudas. Es decir, no solamente adquirirán el inmueble en cuestión, sino que la carga de la hipoteca sobre esa vivienda, también. Hay que recordar, que el aval, tiene validez durante toda la vida de la hipoteca.
Los expertos aconsejan que antes de aceptar una herencia, hay que asegurarse que esté libre de deudas y para ello, hay que pedir la CIRBE del fallecido.
Para concluir, antes de aventurarnos a avalar a alguien, hay que analizar la capacidad de pago de la persona a la que estamos avalando, estudiar las distintas situaciones que nos podemos encontrar a lo largo de la vida de la hipoteca y, solamente así, sacaremos una conclusión clara.